miércoles, 16 de noviembre de 2011

cambios

10. Death scares


Me había quedado de piedra. Sabía que no debería haber vuelto sola a esa casa pero Bob me había traicionado aquel mismo día contándole a mi tía Mónica que estaba visitando mi antigua casa. Regla número uno, nunca confies en nadie, ni en tí misma. Regla número dos, las promesas de dedo meñique no sirven para nada. Todo empezó aquel mismo día por la mañana. Me desprté y había una llamada perdida en el teléfono. Antes de escucharla entró en la habitación mi tía quien parecía estar algo enfadada conmigo. El corazon me latió más rápido que la velocidad de un lince ante una gacela. Solo que yo, en este caso, no era el lince, era la gacela.
-Selena Cabrera Cruz. Te prohibo que salgas de esta casa durante un mes. Solo del colegio a casa.
- ¿Y si tengo que hacer un trabajo?
- Pues te traes a tus amigas a casa pero no quiero volver a escuchar a Bob o a cualquier otra persona de este mundo decir que has incumplido una de las principales normas que te impuse desde que entraste por la puerta de esta casa hace cinco meses, no volver jamás a la escena del crimen
- Pero mamá
- Sin peros ni nada
- Tía Mónica por favor... - Hacía tiempo que no la llamaba así y al oir las palabras tía Mónica salir de mi boca le enfadaron aún más.
- Se acabó. Dos meses castigada. Puedes ir a entrenar baloncesto si quieres pero solo bajo mi supervisión o la de Zooey.
- No me puedo creer que hayas metido a Zooey en esto
- Ella también se preocupa por tí y ninguna de las do quiere que vuelvas a ir.
- Vale...- Salió de mi habitación y cerró la puerta.
Me vestí para ir al colegio.  Me peiné mi larga cabellera. Hacía ya cinco meses que no me la cortaba.  Pensé en ir a la peluqueria pero entonces no nos daría el dinero para fin de mes. Con la crisis, mi tía había perdido su trabajo de dentista hacía casi dos meses y había conseguido un puesto de trabajo en el restaurante francés bon appétit y entonces dejé de ir todos los días a natación y comencé a ir dos veces en semana a entrenar baloncesto ya que, además de ser menos horas, era más barato. En el curso siguiente, me iban a poner en un instituto público si no conseguía encontrar un trabajo en el que le pagaran más. Había sido un gran problema pero habíamos logrado seguir adelante sin gastar más de la cuenta. Yo, buscaba trabajo. Probablemente uno a tiempo parcial en cualquier tienda de ropa. Prefería ser dependienta en algo que tuviera que ver con la moda. Fui dejando mi curriculum en las tiendas de ropa que más me gustaban del centro comercial situado cerca del colegio. Aún no había recibido ninguna llamada, ya ni la esperaba.
Cuando iba llegando al colegio me encontré con Alexa justo en frente. Lo cierto es que no nos habíamos vuelvo a hablar. Nuestro grupo se había separado completamente. Giré la cabeza tal y como lo hizo ella solo que para el otro lado. Si quería ser desagradable, yo sabía como serlo y aún más. Fui corriendo hacia Zooey al verla. Me alegrué al saber que había influido algo en ella y  se había teñido de negro una vez más e iba a ir recuperando el color poco a poco. Ya se le notaba una pequeña barriguita y ella seguía estudiando a más no poder para sacar primero de bachiller con unas notas excelentes y, si las bajaba  en segundo por el bebé, que no le pusieran notas más bajas que un siete al hacer la media.
-¡Zooeeey!
- Selena, ¿qué tal?
-Bien mañana tengo mi primera ecografía, ¿te lo puedes creer?
- ¿Has hablado con Jorge del tema?
- No. Y, si te soy sincera prefiero no hacerlo
- Me prometiste que lo harías.
- El dedo meñique ya está pasado Selena.- Sí, era cierto. Pero en ese sentido yo seguía siendo una niña pequeña.
- Bueno algo peor. Si no lo hablas con él seré yo quien se lo diga.
- No, por favor.
- Sí por favor Zooey. A lo mejor y todo hay un milagro y resulta que decide ocuparse aunque solo sea un poco del bebé. El ni si quiera va a hacer la PAUel año que viene. Se quedará en primero seguro. De tal modo que tu le puedes decir que no necesitas ni su dinero ni su estancia. Simplemente, que lo cuide algunas tardes para tu poder estudiar.
- No
- Pues adiós, se lo voy a decir ahora mismo.
- Vale, se lo contarépero esperaré a mañana después de haberme preparado el discursito, ¿de acuerdo?
- Sí. Pero si mañana no se lo dices, yo me encargaré.
El día pasó como cualquier otro día. Clases y más clases, un recreo entre la tercera y cuarta hora y un examen. Al llegar a casa, mi tía estaba llorando. Bob había desaparecido. Al parecer la última persona que lo vio fue antes de la llamada. Cada vez me ponía más nerviosa. Sabía que alguien me quería hacer daño. ¿Y qué mayor daño de ir quitando gente de mi alrededor? La muerte no dolía en comparación con todo lo que estaba pasando. Esa misma noche, mientras mi tía cansada de más de ocho horas en pie trabajando dormía me levanté dispuesta a volver a la casa. Unos veinte minutos después de caminar, llegué a el edificio "esperanza". Ahí reposaba la amplia puerta esperando a ser avierta con mi llave. Subí poco a poco las númerosas escaleras hasta llegar a mi antigua casa. No se oía nada. Todo parecía estar en paz y tranquilidad en la casa, como si nada de lo que pasó la otra noche hubiera sido verdad. Si Zooey,mi tía o cualquier otra persona me hubiera acompañado, juraría que lo que yo había vivido era todo un sueño. Incluso me lo planteé. Pero era imposible. Se bien lo que oí y lo mucho que corrí aquella noche. No parecía haber nadie. La curiosidad me mataba y decidí abrirlentamente la puerta. Mientras la iba moviendo, algo la cerró rápidamente y una voz de ultratumba gritó:
-¡Fuera de aquí, no vuelvas nunca más Selena Cabrera Cruz! ¡Te conozco muy bien, sé donde vives, cual es tu colegio y lo que te reparará el futuro si vuelves a entrar! ¿No te basta con tus padres, tu hermano y Bob ¿ O quieres que por accidente la vida de Zooey y Momo llegue a su fin? ¡Quedas advertida! Una vez más y te dejaré sola en menos que canta un gallo.
Mis manos se congelaron, dejé de pensar. No sabía si había muerto de miedo o seguía viva.  Lo cierto es que nunca había estado más asustada. En mi cabeza se repasaban una y otra vez las palabras mencionadas... Momo... yo había escuchado antes a alguien llamar a mi tía Momo pero, ¿a quién?