miércoles, 29 de junio de 2011

Era él continuación esta vez seguidas pero lo que hay.

Al llegar a casa, descolgué el teléfono y marqué el número de mi prima, Alice.
- Casa de los Van De Kamp, digáme. - Siguiendo sus costumbres más inglesas.
-  Hola soy Lisa, Lisa Van De Kamp, tu prima.- Hablé entre carcajadas.
-Ah, hola furcia. ¿ Qué tal te fue el negocio hoy con aquel chico? -  Dijo de un modo muy vulgar. Pero bueno, después de todo ya me tenía muy acostumbrada a ese tipo de saludos. Igualmente, se notaba que y a sabía que era yo pues, solía ser muy tímida y educada con aquellos a los que no conoce.
- Oye pues la verdad es que bastante bien aunque dudo que mejor que tu siempre cliente Rex Dickerson.
-  Bueno... eso es otra historia.
- Calla, Alice, que tu con ese haces de todo menos fumar pipa, que nos conocemos.
- Como dices tú siempre, y una M mayúscula. Guapa, que es solo un amigo. Si tanto me conoces sabrías que lo de los chicos... no es lo mío.
- Bueno pues, si tu me conocieras, sabrías que te llamo con algún fin. - Comenté yendo al grano.
- Entonces, dígame señorita Lisa Van De Kamp, ¿ A qué hora le doy cita?- Dijo sabiendo a dónde iban a parar  los tiros.
- ¿Puede ser mañana a las cinco de la tarde? Tengo una cosa muy importante que hacer  y necesito que me acompañes a comprarme un vestido para la ocación.
- Uff... Mañana tengo ya la agenda ocupada. Por... ¿Pri. giliestúpida? - No se cómo pero, ya había guardado el día para nosotras, será lo de siempre. Esa conección cedrebral que tenemos las primas de la familia Van De Kamp. Si te vienes a las tres te pongo más pretty de lo que ya eres y me lo cuentas todo.
- Es una buenísima idea. Me pasaré por tu casa a esa misma hora. Igual llego un poco más tarde, ya me conoces.- La verdad es que sí. Habían tres cosas en esta vida que sabía que no se me daban nada bien: la pintura, controlar el tiempo y el orden.
- Vale. Esperaré hasta el fin del mundo por tí, mi rubia favorita.- Dijo con un aire amoroso.
- Me tengo que ir pero hablamos por twitter, ¿de acuerdo?
- Ahora me conect. Adiós te quiero mucho mi caramelo de fresa.
- Y yo magdalena amarga.
La verdad es que parecía mentira el cómo me llevaba con mi prima. Era como si fuera una de mis mejores amigas. Me conocía desde que llevaba pañales. Y, aunque me llevara cuatro años, nos teníamos mucho aprecio y comprensión. Ella era el modelo de chica que más me gustaba a mi. Morena y con los ojos verde lechuga, tan brillantes como los rayos de sol. Todo esto destacado por una cien de pecho muy bien tapado por camisas sueltas de diversos estampados. Era tan alta como una modelo de alta costura, acompañada por sus siempre vistosos tacones color caova. Recuerdo verla maquillar y maquillarse. Era una experta con la sombra de ojos y el pinta-labios al igual que con el cepillo. Se podría decir que era la chica perfecta para decir: te demostraré lo que vale un buen peine. Aunque solía guardar su arte para ella y para mí. Yo era más bien patosa en estos ámbitos. En cuanto a su personalidad, nacida para ser la jefa. Era algo mandona y no se dejaba avasallar por nadie. Sin embargo, con el paso de los años, había logrado reducir estos aspectos que hacían de ella un tanto insoportable y fue justo en ese momento cuando empezamos a llevarnos bien. Simplemente, había sacado algo de su amor interno y solidaridad al igual que, la madurez le había sentado de maravilla. De hecho, creo que los ojos se le pusieron más brillantes. De este modo y no de otro se había vuelto la psiquiatra de esta loca narradora. Al caer el Sol, recibí un mensaje diciendo: - me quedé pensando en que no me habías dicho por qué me necesitabas.
No quería twittearle con mis cuentos de hadas así que le mandé un e-mail contándole todo lo que me había pasado ese día.
Después de unos segundos o así me respondió. ¿Sabes que ese chiquillo está hasta los huesos por tí verdad?
Gastándome el saldo, seguí escribiendo. Esta vez dándole razones por las cuales sabía que no estaba colado por mí.
Lo único que recibí en cambio fue: tu espera..., sueña... y abre los ojos... Buenas noches.
Y de este modo, con tanta intriga, abandone mi teléfono sobre la mesita de nochey me fui a soñar, tal y como me dijjo mi prima

Seguiré el próximo día.

martes, 28 de junio de 2011

Era él continuación

Mientras me tomaba aquella bebida de la que, cada vez me arrepentía más y más, iba andando sin mensionar palabra simplemente escuchando. Algo que no era precisamente habitual. Sin emargo,me gustaba oír su voz. Me consideraba tan dentro de la música que intenté averiguar por mis propios medios si era tenor,barítono o bajo. Mis medios fallaban pues no entendía tanto sobre la voz. Mientras daba patadas sin sentido contra el aire, me acordé de todo lo que quería hacer en ese día. Pero al mirarle, me lo pensé dos veces y pasé olímpicamente de las labores que tenía que zanjar aquel extraño 20 de mayo. Dicen que los pareados no van en una historia pero bueno, así lo dejo, aquel extraño 20 de mayo. Continuando con mi asombrosa e impecable vida, le empecé a contar yo mis secretos más profundos. Era como una noche de chicas salvo que, se me había olvidado que él no era una chica. Le dije: - ME tengo que comprar un sujetador blanco porque ya se me rompieron los que tenia. También estaba pensando en escoger un perfume de Lacoste para ligar este verano y una camisa de escote púrpura que vi en Sfera. - Y seguí comentando hasta que me di cuenta de la sonrisa que tenía pegada en sus no tan finos labios. Al ver que tenía cara de mátame soltó dos carcajadas. No se de que color tenía mis cachetes pero aseguro que no era color piel precisamente. Bueno el caso no era ese, sino que nos habíamos parado en el medio del camino sin razón alguna. Me miró y me dijo: - Eres la persona menos realista que me he encontrado en el mudo.- Así, sin ton ni son, me soltó algo nuevo y que, desde luego me daba qué pensar.
-Y eso, ¿ a qué viene ahora?-Pregunté curiosa.
- Es una tontería pero es que, necesito que me acompañes a un baile que se celebra en mi colegio la semana que viene y no sabía como romper el hielo. Entonces...- Noté como la sangre le recorría por la arteria carótida.
- Tranquilo, iré. Pero, ¿es en plan formal o más bien vaqueros y camisa a cuadros?
- Tienes que ir con vestido y tacones, si no te resulta mucha molestia. Ah! Y a parte te tengo que pedir otro favor. - Cometó haciendo que me quedara intrigada.
- Bueno iré de compras con mi prima y solucionado.
- La verdad es que, es un baile del colegio en el que intentamos copiar los de las películas américanas. Fue idea de Michael un amigo mío que viene de Ohio. A todos nos pareció bien y así surgió. Se supone que tenemos que invitar a nuestra novia pero, al no tener, te quiero invitar a tí. Es justo ahí donde está el problema. Verás no me gustaría ir contigo y que todos vieran que eres mi amiga. Quiero que piensen que soy un donjuan y que tengo novia. ¿No te importaría fingir aunque solo sea por una noche que te gusto y que eres mi chica?-  Dijo mientras, por primera vez desde que lo conocía, se le ponían los cachetes del mismo color que los míos.
- No me importa. De hecho lo entiendo. Si en mi colegio celebraran bailes yo también querría que fueras mi "novio" durante una noche- gesticulé las comillas con los brazos.
Derrepente, le sonó el teléfono móvil. Tenía una canción de Michael Jackson como tono de llamada creo que era Billy Jeans pero, no estaba del todo segura.
- Lisa, me tengo que ir. Mi hermana pequeña se ha caído de un muro y se ha roto el tobillo y la muñeca. He de ir al hospital, lo siento mucho. Te mandaré un mensaje por tuenti o algo. Adiós. - Gritó mientras se alejaba corriendo.
- Bueno universo, parece que nunca me puede pasar algo bueno sin que pase algo malo también.- Hablé sola.
Con todo mi orgullo cogí la bolsa con lo que sobró de nestea y  me fui a casa.

Seguiré el próximo día.

miércoles, 22 de junio de 2011

Soñadora comenta...

Anuncio que ahora, al estar de vacaciones, subiré  más rápido mis partes de era él y, aparte estoy barajando ideas para otra nueva historia aunque prefiero terminar antes la ya empezada para que no se me quede atrabancada

Continuación: Era él by Soñadora

Sentados en aquel verde banco como había muchos. Hablamos de diversas tonterías que, solo a él y a mí se nos ocurrían. A veces pensaba que era el Romeo perfecto que tocaba mi puerta, otras, un niñito corriente con una cámara en mano y, la última posibilidad, un buen amigo que me hacía reír. Mi mente estaba hecha un lío. Mientras mis pensamientos me producían un terrible dolor de estómago, me tomóla mano y me dijo: - Ven Lisa, tengo una idea. -Había escuchado mil veces mi nombre pero, que el lo mensionara era diferente. Musicalizaba la L de un modo único al igual que alargaba la S más de lo que cualquier persona haría. Nos levantamos y corrimos hasta la otra parte del área. Se paró al llegar a un árbol, creo que un Flamboyán, y me hizo sentar bajo éste. Sacó de mi bolso el brillo de labios y, como si hubiera puesto esa máscara labial a muchas chicas comenzó a pintarme. Rozando mi pierna y mi brazo derechos, me puso en la posición que tenía en mente. Como era abitual en el se colocó en posición de fotógrafo profesional y me tomó una foto que, según él, había quedado muy bonita.
- Lisa, tienes que ver la mejor foto que ha visto el foco de mi cámara. - Musitó con su suave voz.
- Esto no es nada, tu tienes fotos mucho mejores.- Dije mientras mis cachetes tontamente se volvían rojos una vez más.
-Es la modelo la que la hace única.- Refunfuñó mientras me miraba con sus tiernos ojos.
-Jeremy es la luz, el paisaje, la cámara y,como no, el fotógrafo. A lo mejor si la pasas por el PhotoShop...- añadí.
- Sabes que se va a quedar así, ¿Verdad? - Mostró su lado más perverso y aún así angelical.
Bueno, que se le iba a hacer, era solo una foto. Yo sabía que abía quedado bastante bien pero, me gustaba hacerme inocente en aquella época. Robándole la cámara del bolso saqué un par de fotos a las vistas. No quedaron muy bien. No se puede decir que fuera una fotógrafa profecional, ni mucho menos.
Seguimos caminando hasta llegar al supermercado que quedaba justo en frente. Entramos y compramos dos nesteas de limón. No estaba muy agusto con la elección porque no me gustaba el nestea pero el parecía tan emocionado que me decliné por ese té frío. Mientras me confesaba que estaba teníendo problemas con su hermana de 20 años, tomaba ahogados sorbos de té. Me sentía impotente porque, sabiendo lo que era eso, no quería comentarle mis temas familiares agobiantes. Pese a ello hice como  si no tuviera ni idea y asentía diciendo: - Tiene que ser duro. - El pobre, realmente me daba pena. Aunque el fuera feliz, habían cosas que, si yo estuviera en su pellejo, no soportaría.

Seguiré el próximo día

domingo, 19 de junio de 2011

Continuación: Era él by Soñadora

Sin dejar de sonreir me dio un cálido abrazo. ¿Por qué sería todo tan diferente al estar con él? pensaba. Incoscientemente le dije: Te quiero señor Dallas. -Yo también. -Respondio. Aún sin saber a donde iriamos fui conduciéndole todo el trayecto. Mientras pasábamos por los pobres callejones de Ofra, nos imaginábamos que estábamos en Estados Unidos, nuestro sueño. Recuerdo aquel edificio de dos plantas al que denominamos Empire State y a la triste calle que quedaba delante Fifth Avenue. Realmente solo faltaba la estatua de la libertad ya  que incluso, veíamos unas Torres Gemelas.Diría que nos encontramos a Britney Spears por la calle pero, en cambio, estaban mis colegas de siempre. La verdad es que no le tenían nada que envidiar a la señorita Spears.Una de ellas se llamaba Esther. Morenita, bajita y flaquita. El modelo perfecto de una chica consumida por los aires de Venice Beach. Aún así solo había salido de Tenerife para ir al médico en Barcelona. También estaba Eloy un estilo de Lady Gaga versión hombre que se dedicaba exclusivamente a la música. Casi ni salía de casa con los amigos. Siempre estaba tocando el piano, lo cual me parecía algo irónico ya que, pese a que amaba la música, nunca se lo tomo como nada duro. Ni si quiera paso de las puertas del Conservatorio. Yo sin embargo era de las típicas chicas de Los Angeles con la ilusión de pasar del instituto más estricto del área a ser una cantante internacional. Sueños tontos que, según decía mi madre, algún día abandonaría.
Tras saludarles y hechar un par de risas. Proseguí con mi camino junto a Jeremy quien parecía tener dolor de pies. Al darme cuenta le dije que si nos sentabámos en un banco. Él, sin pensárselo dos veces accedió.

Seguiré el próximo día

miércoles, 15 de junio de 2011

Era él

Era simplemente magnífico. Sus ojos color miel, su pelo castaño y sus uñas desgastadas tras mordérselas una y otra vez. Su forma de ser tan despierta y real acompañada del modo en el que trataba a sus amigos hacían de él unapersona especial. Cuando estaba triste, ¿quién si no él me ayudaba? Estaba claro que un ser así no era de este planeta. Cómo si no iba a llevar esa ropa tan única. Sigo sin claras explicacíones, motivos por los que todo su ser era tan perfecto. Aquel día en peculiar iba como un hombre antiguo de los que fumaban y olían a pipa. Era 20 de mayo, no hacía ni mucho sol ni mucha sombra pero sin embargo, a él le veía relucir. Iba ataviado con un pantalón canela a cuadros, unos náuticos azules, una camisa blanca, una cazadora de piel color azabache , una bufanda tan larga que parecía una cinta métrica y una boina como la que solía llevar mi abuelo en sus tiempos mozos. Me esperaba en el tranvía. Inquietamente movía su pie hacia arriba y hacia abajo mientras miraba con desdén los roídos carriles del tranvía. Al verme simplemente se levanto y sonrió mientras caminaba del mismo modo que cualquier persona lo haría pero que en él parecía algo sublime, ideal. Al encontrarse conmigo sin querer me piso. Que corte...pensé. -Jeremyy!!- Grité su nombre mientras mis cachetes se tornaban al mismo color de mis grandes labios.
Seguire el proximo dia