domingo, 17 de julio de 2011

Era él continuación




Y así pasado de aquiel día jueves,  llegó el viernes, el día del baile. Cómo no, en el recreo estaba riendome mientras la otra parte de mi cerebro, estaba totalmente nerviosa. Sentía como me caían las gotas de sudor por la espalda mientras escuchaba algunas de las palabras de la explicación de mi señorita de biología, Susan y  hacía una vez más pequeñas hipótesis sobre esa noche. Susan era la profesora inocentona, la que no se da cuenta nunca de nada, sobre todo conmigo. Yo solía atender mucho en clase entonces, no me prestaba atención y, cuando no le hacía caso, ni lo apuntaba en el parte ni me regañaba, era como una promesa. Yo prometo solemnemente, que atenderé en todas las clases del curso siempre y cuando me deje estar en letargo en los momentos de tensión.

Cuando Susan salía por la puerta, entró Eleanor, quien me impartía clases de Historia Mundial. Mientras ella explicaba la gerra del Peloponeso, yo tomaba apuntes. Entre las palabras solía escribir Baile y Jeremy. Ya que podía hacer dos cosas a la vez, escribir lo que me decía y pensar en el baile. Aunque, algunas veces, no salía del todo bien.

En la última clase del día, estaba Joselin, la profesora de francés. Me acuerdo perfectamente de esa clase, al igual que de todas. Siempre empezaban por:- Repasando. Luego saludaba a la clase:- ¡Ah! y buenos días. Mensionaba mientras tomaba asiento. La Señorita Joselin, que era como nos hacía llamarla, era de la antigua escuela, de aquellas maestrasque te pegaban si no hacías los deberes o se te olvidaban los libros. Gracias a Dios, esos años en los que los profesores maltrataban a sus pupilos habían pasado. No quería ni testar lo que sabía uno de esos puños ya envueltos por una piel caída con el paso de los años aunque dura de tanto coger las tizas. Realmente me daba miedo. Al oír el sonido del timbre, puse pies en polvorosa y me fui a la parte del colegio de Bachillerato, donde estudiaba Ali. Cuando salió, cogimos el tranvía hacia su casa. Comimos en una hamburguesería vegetariana que estaba justo debajo de su casa y después subimos. Lo primero que hice fue bañarme. Posteriormente, vimos un par de capítulos de Glee. Al acabar, cogimosel ascensor hacia la primera planta, la de mi abuela Tempi. La saludamos, cogimos mi largo vestido ya arreglado y nos fuimos a la planta de mis tíos Arte y Damián donde encontramos un cepillo de pelo especial para pelos largos y voluminosos, característicos de la familia van de Kamp. Por último llegamos a el piso de Ali y nos pusimos manos a la obra. Me puse el vestido y los tacones. Todo estaba en orden y decidimos continuar con el pelo. Ali me peinó y me puso una diadema azul que combinaba con el vestido. El peinado era muy sencillo. Liso. Así que decidimos cambiarlo por un moño alto del cual caían los mechones de pelo rizados logrados gracias a una plancha y un peine. Volvió a ponerme el tocado y así acabamos con el cabello. Ali salió de la habitación unos instantes y trajo consigo un set de maquillaje mas grandes que el ancho de la puerta. Seguimos el mismo proceso de siempre. Cogió la base, esta vez en polvo, y me la hechó por toda la cara. Después cogió el eye liner y me bordeo el ojo de color negro. Al de abajo le puso un poco de blanco para  ampliar el ojo y luego me puso una sencilla sobra azul cielo que me cubría los párpados. Cogió la cámara y, antes de dejar que me viera en el espejo, comenzó a sacarme fotos. Iba tan rápido y yo estaba tan incómoda con mi nueva ropa, que caí hacia atras desmayada.

Seguiré el próximo día

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